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>CERÁMICA PLOMIZA

MUSEO ARQUEOLÓGICO TOXTLI

La cerámica plomiza siempre ha fascinado a arqueólogos, coleccionistas y viajeros. Alrededor de 1840, el explorador John Lloyd Stephens y el dibujante británico Frederick Catherwood exhumaron una tumba del sitio arqueológico de Zaculeu, ubicado en el altiplano occidental de Guatemala.

P86-464 // CÁNTARO INCISO

Entre las ofrendas mortuorias descubrieron una reluciente vasija gris. Fue el primer registro de cerámica plomiza, que se caracteriza por tener una superficie no vidriada, pero muy lustrosa y de un tono que va desde el gris-amarillo al naranja-salmón. 

 

Su dureza y sus reflejos irisados condujeron a que fuera llamada "plomiza" o "plumbate", en inglés. Sin embargo, en 1948, la arqueóloga Anna Osler Shepard descartó que tuviera aleaciones de plomo. Shepard encontró que estaba elaborada con una arcilla poco usual, compuesta de altas cantidades de aluminio, hierro y partículas de cristal. Posteriormente esta cerámica era cocida a altísimas temperaturas. Su complejidad es un marcador del período Posclásico (900 - 1521 d. C.). Es un sinónimo de la tecnología alcanzada en Mesoamérica durante esa época.

 

En El Salvador, han acaecido hallazgos en el cerro El Zapote, en San Salvador; y en el sitio arqueológico Cihuatán, cerca del municipio de Aguilares.

No obstante, la mayor parte de descubrimientos han tomado lugar en Chalchuapa, en el departamento de Santa Ana. Alrededor de 1970, el arqueólogo Robert Sharer distingue dos grupos en Chalchuapa: "San Juan" y "Tohil", equivalentes al complejo Payu (650 - 900 d. C.) y Matzin (900 - 1200 d. C.).

 

La cerámica plomiza San Juan tiende a ser una cerámica poco elabora y sencilla. Lo contrario ocurre con el tipo Tohil, cuyo refinamiento es visible en casi todas sus vasijas-efigie, miniaturas y artículos suntuarios. A diferencia de la vajilla San Juan, exclusiva del sur del mundo maya, la tipo Tohil se halla dispersa por toda Mesoamérica y es vinculada con la cultura tolteca del centro de México. Algunos investigadores ubican su punto de elaboración en la región del Soconusco, en la región fronteriza de México y Guatemala.

 

La Colección Fundación Doménech posee siete piezas de la variante cerámica plomiza. Se trata, en su mayoría, de vasos cilíndricos que presentan incisiones o molduras circundantes en sus cuellos.

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