>Experiencia Leslie Andrade

A veces los sueños se cumplen. En 2009, cumplí el sueño de terminar mi bachillerato en el Complejo Educativo profesor Reynaldo Padilla ubicado al sur del departamento de La Paz, en la Costa del Sol. De pronto empecé a soñar de nuevo. Aunque sabía que mi familia no iba a poder costearme la universidad, jamás dejé de confiar en Dios y me soñé convertida en una maestra.

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Gracias a la Fundación Doménech recibí una beca que cubrió el valor de las mensualidades y procesos administrativos de la universidad. Además, recibí un bono de $125 por ciclo.

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Con mucho entusiasmo y dedicación, el 27 de enero de 2011 inicié mi carrera, una licenciatura en Ciencias de la Educación con especialidad en Lenguaje y Literatura en la Universidad Pedagógica de El Salvador.

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El camino no fue corto ni exento de obstáculos. A diario tenía que trasladarme desde la Costa del Sol hasta San Salvador para poder asistir a clases. Mi familia se sacrificó y redobló esfuerzos para que pudiera costearme el transporte en bus, la alimentación y el material didáctico.

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A lo largo de mi carrera, que duró poco más de cinco años, pude crecer tanto personal como profesionalmente.  Mis maestros y compañeros también fueron fundamentales, me empujaron a participar en diversos eventos de la universidad. Junto a ellos expuse una investigación sobre los métodos de análisis literarios en la feria científica universitaria de 2014 y obtuve un diploma de reconocimiento.

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En 2015, tuve la oportunidad de impartir algunos cursos preuniversitarios. También pude compartir lo que he aprendido con mi comunidad: realicé servicio social en el complejo educativo profesor Reynaldo Padilla. Apoyé a alumnos que tenían dificultades con las asignaturas de Matemática y Lenguaje y Literatura.

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Ese mismo año, recibí un diploma universitario por haber obtenido el CUM más alto de la especialidad de Lenguaje y Literatura.

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Debido a estos resultados pude iniciar el proceso de graduación. Ahora puedo decir que he logrado otro de mis grandes sueños. En una tesis de la universidad encontré una frase que he hecho mía: "No he culminado mi carrera, he aprendido una aventura cuyo horizonte se volvió más reluciente porque no estuve sola".

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Y en efecto, jamás estuve sola. En todo momento conté con Dios, con el apoyo incondicional de mis padres y con el valioso aporte de Fundación Doménech.

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En el camino hacia este sueño, pude ver a otros compañeros que se vieron en la difícil situación de abandonar sus estudios. En la mayor parte de los casos, esta deserción fue causada por factores económicos, sobre todo la de aquellos que viven en áreas distantes de San Salvador. En vista de ello, estoy muy agradecida porque pude llegar hasta el final y logré lo que otros no tienen oportunidad de alcanzar.

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Esta beca fue trascendental en mi desarrollo profesional. Me ha abierto oportunidades que mi familia no tuvo. De hecho, soy el primer miembro de la familia que ha podido graduarse de una carrera universitaria.

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Con su labor, la Fundación Doménech contribuye a mejorar la calidad de personas como yo, de escasos recursos económicos, pero con mucho deseos de superación.

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Mis más sinceros agradecimientos, Dios recompense su valioso trabajo. 

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- Leslie Beatriz Andrade Henríquez -