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>CAMPANA
MUSEO ARQUEOLÓGICO TOXTLI
La cerámica polícroma Campana presenta acabados muy finos. Posiblemente, utilizaron pinceles muy delgados con los que plasmaban líneas que eran alternadas con otras de mayor grosor —como si hubiesen tenido estuches profesionales para pintura cerámica—.
P86-253 // CAJETE CAMPANA
Lo mismo sucede con el grosor de sus esgrafiados o dibujos hendidos. En síntesis, la decoración de estas vasijas se percibe muy bien distribuida y organizada.
La cerámica Campana suele ser confundida con la Salúa. Ambas se asemejan en forma y colores. Sin embargo, sus piezas más características son los platos trípodes y tetrápodos, cuyos soportes suelen ser cilíndricos, redondos, antropomorfos y zoomorfos con forma de cabeza de pizote. También se tienen vasos trípodes con asas zoomorfas, posiblemente de aves o reptiles. Entre los vasos se tienen algunos con soportes y otros del tipo florero.
Alrededor de 1970, el arqueólogo Robert Sharer ubica esta variante dentro del complejo cerámico Payu de la región de Chalchuapa. La dató en el período Clásico Tardío, es decir, entre los siglos VI y IX después de Cristo.
Además de Chalchuapa, otros ejemplares han sido ubicados en el valle de Zapotitán —incluyendo a los sitios arqueológicos de San Andrés y El Cambio—, en Quelepa, en Los Llanitos y Asanyamba. En 1952, el arqueólogo John Munro Longyear III también reportó piezas en Copán, Honduras.
En 2008, otro hallazgo, en el caserío chalateco de Totolco, evidenció cerámica Campana contiguo a lo que pudo ser el entierro de un personaje importante que incluía un báculo marmóreo.
La presencia de esta cerámica en poblaciones influyentes podría sugerir una función ceremonial o de ofrenda. Probablemente se trata de una serie cerámica especial y fue creada por verdaderos especialistas. El hollín que envuelve a algunos ejemplares fortalece esta supuesta función ritual.
La Colección Fundación Doménech resguarda 100 ejemplares Campana, desde ollas hasta cajetes. Algunas piezas exhiben pequeñas cabezas de tortuga en su cuerpo externo. Otros ejemplares poseen estas cabezas además soportes que parecen otorgarles la forma de un animal con patas macizas (ver P86-275, P86-276, P86-304).
