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Proytecto

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PROYECTO CALLOTL

>Callotl y su material educativo

Rompiendo los esquemas en educación ambiental de las tortugas marinas y el cambio climático

Desde que la Fundación Domenech inició el proyecto Callotl, supieron que la tarea a la que se iban a enfrentar iba a ser difícil, más no imposible. El objetivo primordial, cambiar la forma de pensar de los habitantes de la Costa del Sol, rompiendo aquellos patrones cultures nocivos hacia la protección y conservación de las tortugas marinas, ya que toda su vida la han dedicado a la pesca y extracción de productos marinos.

 

En febrero de 2011 y con el financiamiento del Fondo de la Iniciativa para las Américas, FIAES, la fundación se pusieron manos a la obra y empezaron de lleno con el trabajo en la zona. El proyecto Callotl fundamentado en 4 pilares básicos, Conservación Educación, Investigión y Gestión de Riesgo de las Comunidades; el equipo técnico de Callotl, decidió que el componente educativo no lo iban a hacer de forma convencional, querían que fuera interactivo, dinámico y efectivo, rompiendo los esquemas tradicionales en la educación ambiental en el país.

 El resultado, un material educativo totalmente novedoso y atractivo para todas las edades. Dentro del repertorio se encuentran: juego de memoria, libro de actividades, carteles, separadores, guía de tortugas, abanico de cambio climático, Equilibrium, entre otros.

 

Uno de los objetivos principales del proyecto fue educar y concientizar a los alumnos de los ocho centros escolares que se ubican a lo largo de la Costa del Sol. Al mismo tiempo se trabajarían en la instalación de dos corrales de incubación en las playas de los cantones El Zapote y Los Blancos, en la Costa del Sol, los cuales son algunas de las zonas del país en las que las tortugas anidan

 

“Los niños han cambiado su forma de pensar, han tomado conciencia del daño que se le hace al medio ambiente al comerse o vender los huevos de tortuga”, aseguró María Elena Martínez, subdirectora y maestra del centro escolar Playa Dorada, ubicado en la comunidad La Puntilla en el cantón El Zapote, uno de las escuelas beneficiada con el proyecto Callotl. Este centro escolar fue uno de los más afectados por una marejada provocada después de la tormenta tropical IDA y tiene 126 alumnos de parvularia a noveno grado.

Según la educadora, los alumnos están motivados e identificados con el proyecto, a tal punto de que se han convertido en protectores de las especies que anidan en la zona. Además, el material educativo ha servido para que maestros y alumnos de otros centros educativos tengan la oportunidad de aprender acerca de estos temas.

A través de Callotl se tienen presencia permanente en los ocho centros escolares en los que se desarrollan actividades en torno a los temas de conservación de las tortugas marinas y el cambio climático. “La idea es realizar actividades para la implementación de un plan de educación y sensibilización ambiental el cual tenga como finalidad un cambio en los patrones de vida de los habitantes de la Costa del Sol y genere a largo plazo beneficio para su desarrollo sostenible”, aseguró Fernando Medina, director ejecutivo de Callotl.

 

Por medio del proyecto se ha logrado educar a una población aproximada de 1,300 niños de la zona, a través de la interacción lúdica, proyecciones de películas y videos acordes al tema, juegos interactivos, presentaciones de cambio climático, Equilibrium, entre otras actividades.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Me enseñaron cómo debemos de proteger y cuidar los bosques salados, también aprendí a conservar las tortugas marinas y no vender sus huevos porque afectan el medio ambiente y lo mejor de todo fue que nos divertimos mucho jugando con ellos”, dijo Edwin Moisés Jandres, alumno de sexto grado, del centro escolar Playa Dorada.

 

Muchos de estos niños, como Moisés, participaron con dibujos y la redacción de un manifiesto en el foro de Bosques para la niñez, que realizó FIAES en junio pasado, en el Museo Tín Marín.

 

José Antonio Henríquez, de quinto grado, ahora está más consciente que las tortugas se deben de proteger porque están en peligro de extinción y que los principales depredadores somos los seres humanos.

“Mi papá es tortuguero y trabaja en un vivero, le ayudo a veces y siempre lo acompaño a sus labores. Ahora ya sabemos que las tortugas ayudan a conservar la vida en el mar y cuidamos muchos los nidos”, dijo José Antonio.

El proyecto tiene uno de los componentes más atractivos en cuanto material educativo se refiere, y a la fecha realiza otras actividades complementarias que fortalecen la concientización de los habitantes de la Costa del Sol, en cuanto al tema de conservación de tortugas marinas y el cambio climático.

 

“Con todo orgullo puedo asegurar que este es el único proyecto de conservación de tortugas marinas en el país que tiene un componente educativo como nosotros lo tenemos, los materiales educativos que se han realizado han sido innovadores y están cambiando la forma como tenemos que abordar la educación ambiental a las comunidades, las actividades educativas tienen que ser mucho más que una charla” dijo Fernando Medina.

 

A la fecha se han producido más de tres mil ejemplares de los productos y para su elaboración el equipo técnico se demoró aproximadamente tres meses. Estos materiales han sido distribuidos a nivel nacional en comunidades, ADESCOS, centros educativos y otros.

 

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