Me gustaría empezar por agradecer a Dios, a mi familia y a la Fundación Doménech. Sin ellos no hubiese sido posible terminar mis estudios universitarios.

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Ser becado por la Fundación Doménech ha sido una oportunidad y una experiencia de vida. Con la ayuda económica brindada he logrado superarme: me he convertido en un profesional que quiere devolver a su país todas las destrezas y habilidades aprendidas en la universidad.

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Actualmente, mi sueño es abrir mi propio negocio de turismo y satisfacer las necesidades de los turistas nacionales y extranjeros. El Salvador y mi persona tenemos mucho que ofrecerles. 

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También me he trazado nuevos retos, ahora planeo especializarme más en empresas turísticas, planeo aprender dos idiomas y seguir creciendo.

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Gracias de nuevo a la Fundación Doménech. Gracias por echarme la mano para poder seguir adelante como profesional.

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Qué Dios los bendiga,

 

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- Raúl Escobar -