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>COPADOR

MUSEO ARQUEOLÓGICO TOXTLI

"Copador" es la contracción de Copán y El Salvador. Este término fue cuñado a mediados del siglo XX por el arqueólogo estadounidense Alfred Vincent Kidder. Se trata de un guiño al probable sitio de manufactura de este grupo cerámico —la región hondureña de Copán— y su área de distribución: los valles de Ulúa y Motagua, Quiriguá, Chiquimulilla, Tiquisate y sobre todo, El Salvador. 

P86-11 // - COPADOR - OLLA ZOOMORFA

En la década de 1940, John Munro Longyear III, otro arqueólogo estadounidense, empezó a diferenciar a estas vasijas por sus colores: "Rojo, negro sobre naranja". Sus hallazgos ocurrieron en el sitio arqueológico Tazumal, en Santa Ana; y en Estanzuelas, en Usulután. Curiosamente, la región situada al oriente del río Lempa, como Estanzuelas, no forma parte del área de distribución del tipo Copador. Cabe especular la existencia de una antigua red de intercambio interregional. 

 

En cuanto a la zona central del país, Stanley Boggs, considerado el padre de la arqueología en El Salvador, reportó el primer hallazgo de Copador en el mismísimo centro capitalino.  Este ocurrió accidentalmente en 1939, cuando se construía una nueva sede del Club Internacional, a un costado de la actual Biblioteca Nacional. Los ejemplares fueron atribuidos al período Clásico (300-900 d. C.).  En los años 90, otras piezas fueron descubiertas en la vecina Plaza Libertad. Más vestigios de Copador podrían yacer en el subsuelo de la capital y el resto del país.

 

En 1976, William Fowler reportó piezas en El Tanque, en Chalatenango. En 2008, Juan Albarracín-Jordán ubicó otras en Totolco, también en Chalatenango. Años antes, en 1978, Stanley Boggs registró uno de los hallazgos más alejados del área Copador, un cántaro con forma de sapo proveniente de Asanyamba, La Unión.  Se sabe también que los antiguos habitantes de Joya de Cerén utilizaron vasijas Copador para beber chocolate y tomar otros alimentos.

 

La arcilla utilizada en estas vasijas es notablemente fina, de color crema o beis. Los talleres de Copán tenían la tradición de darles este matiz —se dice que las variantes Gualpopa y Arambala también pertenecen a ella—.   Generalmente, la superficie de Copador se presenta pulida y decorada con pintura roja hecha a con "hematita especular" u óxido de hierro. La procedencia de este mineral es aún desconocida. Sin embargo, su uso no es exclusivo de la cerámica Copador, es también identificable en la cerámica "Chalate Tallado" y en algunas cerámicas negras.

 

Su decoración también es muy peculiar y prolija. Es la suma de figuras geométricas, pseudo-glifos, aves, monos, cangrejos y personajes diversos —conocidos como "nadadores" o "escribanos"—. Por lo general, estos diseños lucen delineados de negro o verde oscuro. En cambio, las figuras suelen estar rellenas de tonalidades naranjas, amarillas o cremas y se presentan, casi siempre, tanto en el interior como en el exterior de las piezas.

 

La Colección Fundación Doménech resguarda 150 ejemplares de Copador. Esta muestra está compuesta por

cajetes, vasos, ollas y escudillas que permiten contemplar el arte con que los nativos daban forma material a sus creencias e idiosincrasia. 

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