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>SALÚA

MUSEO ARQUEOLÓGICO TOXTLI

"Salúa" es la contracción de El Salvador y Ulúa. Este término fue creado a mediados del siglo XX por el arqueólogo Stanley Boggs como un guiño a la probable cuna geográfica de este tipo cerámico: el valle de Sula o Ulúa, en Honduras. Desde este valle habría sido distribuida a otros territorios, como el salvadoreño.

P86-603 // CAJETE TRÍPODE

La cerámica Salúa floreció durante el período Clásico Tardío, alrededor del año 700. Su rasgo distintivo posiblemente sea la utilización del color negro en su decoración demás del crema, naranja y verde—. Su forma más frecuente es la de jarrón cilíndrico. Su repertorio decorativo incluye grecas, líneas, triángulos escalonados, puntos y figuras antropomorfas. Muchos ejemplares exhiben, de manera muy realista, a personajes ataviados o seres fantásticos en escenas mitológicas.

 

La vajilla Salúa es sinónimo de intercambio comercial a gran escala: circuló por toda Mesoamérica. En Honduras, ha sido ubicada en el sitio arqueológico de Copán. De hecho, algunos expertos señalan que guarda mucha semejanza con la cerámica "Ulúa" o "Ulúa-Yojoa" de Honduras. Mientras tanto, otros especímenes han sido reportados en sitios tan alejados de las fronteras mayas como Costa Rica.

En El Salvador han ocurrido hallazgos de Salúa por doquier. A mediados del siglo XX, Stanley Boggs descubrió piezas en Tazumal, en el departamento de Santa Ana.

Otros hallazgos han acaecido en Colima y El Paraíso, en  Cuscatlán; y en Asanyamba, en La Unión; y en el norte de San Miguel. Piezas de gran belleza también fueron encontradas en las inmediaciones de Nuevo Cuscatlán, en La Libertad.

 

Al parecer, estas vasijas no fueron creadas por razones estéticas, sino absolutamente prácticas. La arqueología les atribuye una función "ceremonial". Esto debido a la complejidad de sus diseños, a sus alusiones agrarias y a que ha sido reportada como ajuar funerario, posiblemente de dignatarios o sacerdotes. Los restos de hollín en algunas piezas podrían indicar que ocasionalmente tenían una función activa, como la quema de incienso o, quizás, la cocción de algún tipo de alimento.  La Colección Fundación Doménech reúne 14 ejemplares Salúa y nueve variantes tipológicas.

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